Siete de cada diez jóvenes de entre 13 y 17 años ocultan sus actividades en Internet según McAfee, la empresa de seguridad tecnológica. Según su estudio Comportamiento Adolescente en Internet el 12% de los jóvenes encuestados admitieron tener amigos online que jamás habían visto en persona.
Por otra parte solo el 12% de los padres creen que sus hijos adolescentes ven pornografía en línea. La realidad es que lo hace el 32%.
El peligro para «la primera generación que crece en línea» –según la denomina esta investigación, publicada en junio de 2012– va en aumento si se tiene en cuenta que pasó de ser algo exclusivo del computador de casa u escritorio a toda clase de dispositivos móviles e incluso electrodomésticos. Hay peligro en todo lo que tenga conexión a Internet.
Según otro estudio internacional, en este caso de la empresa Norton, «el 40% de los menores reconoció haber aceptado como ‘amigo’ en sus redes sociales a un desconocido».
PantallasAmigas alerta del incremento de problemas relacionados con nuevas formas de violencia sexual en el entorno digital como la sextorsión y el acoso sexual por Internet. Estos delitos afectan a adolescentes, pero también encuentran víctimas entre las mujeres adultas.
Con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, que se celebra el 25 de noviembre, PantallasAmigas ha puesto en marcha la página web http://www.ViolenciaSexualDigital.info, que ofrece consejos para evitar la creciente amenaza de violencia sexual generada en el entorno digital tanto a adolescentes como a mujeres adultas.
El acoso sexual online a menores suele adoptar una estrategia de grooming, consistente en un acercamiento previo para ganarse con engaños la confianza de la víctima para luego, desde la cercanía, ejecutar la agresión o el chantaje. La sextorsión se manifiesta por lo general mediante un chantaje basado en la posesión por parte del agresor de imágenes íntimas de su víctima que amenaza con hacer públicas. En ocasiones, ambos fenómenos van unidos cuando quien realiza la sextorsión consiguió las imágenes mediante una estrategia de grooming.
Según comenta Jorge Flores, Director y Fundador de PantallasAmigas “desde que iniciamos nuestro trabajo en 2004 venimos observando que, ante los retos que plantea el uso de Internet, las víctimas son, con frecuencia, mujeres. En los últimos tiempos es alarmante el avance de problemas como acoso sexual y la sextorsión que vienen sufriendo las adolescentes”.
La violencia contra las mujeres, cada vez más digital y adolescente
“Aunque no existen aún suficientes estudios ni datos concretos al respecto, es un hecho constatado día a día, tanto por nuestra organización como por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que este tipo de delitos aumenta con rapidez”, dice Flores.
Si se tiene en cuenta que sí es un hecho acreditado que la violencia de género afecta cada vez a mujeres más jóvenes y adolescentes y que ciertas características de la Red (presunción de anonimato e impunidad, facilidad, inmediatez…) propician situaciones de acoso diversas, la conclusión parece obvia: la violencia sexual contra adolescentes seguirá aumentando en el entorno digital.
25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género
La violencia contra las mujeres adopta en muchas ocasiones la forma de violencia sexual que, a su vez, puede manifestarse en forma de acoso, agresiones o abusos. “Dado el incremento de la violencia sexual digital sufrida por adolescentes, creemos necesario realizar una aportación específica en un día tan señalado como el 25 N”, comenta Jorge Flores. Con esa finalidad, han puesto a disposición de la sociedad la versión inicial de un web que pretende aportar recursos e informaciones para la lucha contra este grave problema: http://www.ViolenciaSexualDigital.info. De esta manera también se aprovechan las oportunidades que Internet ofrece para la prevención y la asistencia a las personas afectadas.
Consejos preventivos básicos
Según PantallasAmigas, se pueden dar tres recomendaciones básicas para evitar ser víctima de violencia sexual digital:
No mostrar, grabar, enviar o almacenar imágenes íntimas en ningún caso, suelen ser la clave del chantaje.
Mantener el ordenador y el smarthphone libres de software malicioso para evitar el robo de claves personales, ficheros o informaciones comprometedoras.
El Estudio sobre seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por los menores españoles, elaborado por INTECO y Orange y presentado en la jornada SmartPhones y Menores: Oportunidades y Riesgos, ha revelado que un 3,8% de los menores españoles entre 10 y 16 años usuarios de teléfonos inteligentes ha recibido llamadas o SMS de adultos desconocidos que querían conocerlos.
Otros datos destacados del informe son:
La edad media de inicio en la telefonía móvil por parte de los menores españoles se sitúa entre los 10 y los 12 años.
España es uno de los países donde los menores (de 10 a 16 años) afirman ver menos imágenes sexuales online: 11% frente a media europea del 14%
También es uno de los países con menor incidencia del ciberbullying: 4%.
El 2,5% de los menores confiesa haber sido objeto de ciberacoso a través del smartphone por parte de otros menores
El 31% de usuarios de más de 13 años usan smartphones (teléfonos inteligentes).
El 82,3% de los menores usan su móvil para hacer y enviar fotografías.
El 4,8% de los menores encuestados reconoce que su imagen ha sido difundida por otros sin haber prestado consentimiento.
El 4,3% de los menores ha recibido imágenes sugerentes de personas de su entorno (sexting pasivo), y un 1,5% reconoce haberse hecho a sí misma/o fotografías de carácter sexy (sexting activo).
El sexting activo es más practicado por chicas (2,2%) al contrario que sexting pasivo, más practicado por los chicos (5,1%).
El 17,8% de los menores dice haber sido objeto de perjuicio económico (estafas, fraudes, etc.) con su smartphone.
El informe destaca el espectacular avance en el uso intensivo de los servicios avanzados que ofrecen este tipo de teléfonos:
El estudio insiste en la necesidad de informar y educar a los niños en las amenazas derivadas del uso inadecuado de los dispositivos de última generación y han ofrecido algunas recomendaciones como evitar el uso excesivo o adictivo del smartphone, que los padres establezcan normas de uso (tiempo, gasto mensual y servicios) y expliquen a los jóvenes la importancia de la privacidad y los riesgos que pueden derivar de compartir información con desconocidos.
Concienciar al joven sobre la importancia de la privacidad y la seguridad, contribuye según los autores del estudio a minimizar los riesgos y evitar posibles amenazas como el grooming o el ciberbullying.
Las entrevistas fueron realizadas a familias españolas con hijos entre 10 y 16 años que disponen de smartphone para uso particular, entre los días 20 de septiembre y 14 de octubre de 2011, y ha contado con la colaboración, entre otros expertos, de Jorge Flores, director de PantallasAmigas.
Fiscalías y expertos en seguridad online han detectado que el chantaje a usuarios de Internet a partir de fotos de tipo sexual comienza a aumentar de manera alarmante como ya sucediera previamente en EE. UU.
A mediados de 2010 los medios de comunicación estadounidenses comenzaban a hacerse eco de un aviso lanzado por fiscales, expertos en seguridad en Internet y diversas agencias policiales: se había detectado un auge importante en el número de casos de un nuevo delito online que denominaban «sextorsión». Un año después PantallasAmigas, iniciativa española para el uso seguro de Internet, ha constatado que este problema ha llegado a los países de habla hispana tal y como habían avisado en setiembre del pasado año.
En los últimos meses los expertos de esta entidad han observado un aumento de tipo exponencial en las denuncias que reciben desde España y otros países iberoamericanos relacionadas con este delito, que típicamente afecta a usuarios que han compartido imágenes suyas desnudos (fenómeno conocido como «sexting») y que se ven extorsionadas por personas —por lo general desconocidas— que amenazan con hacer públicas dichas fotos o vídeos o con enviárselas a los contactos de la víctima: familiares, parejas, amigos, jefes… «Solamente en el pasado mes de agosto nos han llegado por nuestros diversos canales de denuncia en Internet, siete casos de este tipo, lo que supone más de la mitad de los casos recibidos durante todo 2010», ha declarado Jorge Flores, director de PantallasAmigas. Fiscalías españolas han comenzado a lanzar también la voz de alarma durante los pasados meses: «No tenemos datos estadísticos todavía y no hay una denuncia en masa de casos de este tipo —entre otros motivos porque la víctima se siente avergonzada por lo sucedido— pero es un delito que relaciona menor y nuevas tecnologías que estamos empezando a registrar», afirmó el pasado mes de mayo Gema García, fiscal delegada de Menores de Valencia. Según informó García la edad a la que se empieza a ser vulnerable a este delito es la pubertad, cuando los menores se inician en las relaciones sexuales; la mayoría de las víctimas son chicas, añadió.
Pese a no existir registros específicos sobre este tipo de delitos, entidades como PantallasAmigas realizan un seguimiento de estos nuevos riesgos tecnológicos desde su aparición en otros países para mejorar la prevención y la alerta temprana en nuestra sociedad. Así, PantallasAmigas lanzó una primera llamada de atención en los medios, ocho meses antes que la fiscalía valenciana, al tiempo que publicaba un artículo bajo el título de «Sextorsión, prácticas arriesgadas y fallos de seguridad al servicio del delito» donde presentaba al ámbito internauta hispanohablante este nuevo problema. También entonces decidió poner en marcha un sitio web específico en Sextorsion.es con explicaciones sobre el problema, cómo surge, cómo evitarlo y donde se narran casos reales, como el de un chico que se desnudó en una conversación por webcam con quien creía ser una chica, y al que exigieron enviar dinero a una cuenta en Filipinas a cambio de no publicar en Youtube una captura de dicha sesión de cibersexo. «Muchos casos siguen un patrón similar: jóvenes o adolescentes que envían fotos o vídeos suyos a alguien que acaban de conocer en Internet, sin pensar en las consecuencias. Luego los acaban chantajeando para enviar más y más pornografía, o bien los extorsionan económicamente», explica Flores. Y añade que las consecuencias no son sólo económicas o legales sino que la angustia psicológica lleva a algunas de las víctimas al borde del suicidio. Para este experto en prevención de riesgos para los menores en Internet «es un tema muy grave, y la sociedad debe conocerlo para evitarlo, sobre todo en los casos que afectan a menores de edad, por lo general más susceptibles de ser manipulados, tanto para producir las imágenes que permiten la extorsión como para ceder a las exigencias de los sextorsionadores». Según un estudio publicado por INTECO en 2010 el 8% de los menores españoles recibe de fotos o vídeos de chicos/as de su entorno en posturas provocativas o inapropiadas, niveles de sexting que coinciden con los detectados por otras fuentes como Denuncia-online.org u organizaciones mexicanas y que aún están lejos del 19% o del 34% que mostraron diversas encuestas realizadas ya en 2009 en los EE. UU. entre adolescentes y jóvenes universitarios.
Pero no siempre las víctimas producen conscientemente las imágenes que las ponen en manos de los chantajistas. Recientemente en los EE. UU. fue condenado a seis años de prisión Luis Mijangos, un mexicano que había infectado con software malicioso los ordenadores de más de cien mujeres (muchas de ellas adolescentes) de tal manera que capturaba imágenes por medio de sus webcams sin que ellas lo supieran, para después exigirles a cambio de no difundirlas, más fotos y vídeos de tipo erótico.
El objetivo del sextorsionador no es en todos los casos obtener más pornografía producida por la víctima: también es habitual que exijan un pago en dinero, o que pretendan forzar sexualmente a su víctima. En 2010 un chico de 18 de Winconsin (EE. UU.) fue condenado a 15 años de prisión por exigir relaciones sexuales a compañeros del instituto de quienes había obtenido fotos comprometedoras fingiendo ser una chica en Facebook. En Sextorsion.es advierten de que la sextorsión «tiene gran relación con el grooming en el sentido de que las personas que camelan a menores ganándose su confianza online para obtener imágenes comprometidas de ellos, buscan realizar un chantaje posteriormente con dichas imágenes, que puede tener como objeto una escalada en la producción de dicho material pornográfico o incluso cometer un abuso sexual físico». Para Jorge Flores los consejos fundamentales para no ser víctimas de una sextorsión son «no protagonizar imágenes comprometedoras y proteger nuestra privacidad y la de nuestros contactos mediante medidas activas y pasivas de seguridad en nuestro ordenador y teléfono móvil». Se evitaría así, en su opinión, que se diese alguna de las dos condiciones necesarias: que la imagen sea tomada y que la imagen llegue a manos criminales.
El acoso sexual de menores en la Red no es algo frecuente. Sin embargo, es perfectamente factible y las consecuencias pueden ser devastadoras. Una vez iniciado el daño es irreparable. Por fortuna, es sencillo de evitar e incluso de contener en los primeros momentos.
Condición necesaria para el acecho sexual en la Red
Todo caso de acecho sexual se hace posible porque el acosador dispone de un elemento de fuerza sobre la víctima que pone a ésta en el compromiso de atender las demandas del depredador. Este elemento puede ser de muy diversa naturaleza, si bien el más común es la posesión de alguna imagen íntima que el chantajista amenaza con hacer pública en caso de que no sean satisfechas sus peticiones de índole sexual. Estas solicitudes suelen consistir en el envío de imágenes eróticas por la webcam pero, si hay proximidad, puede llegar a solicitarse un encuentro personal con el grave riesgo que ello implica. En ocasiones, este elemento de fuerza no existe y es la pericia del acosador la que lo crea de manera ficticia y hace creer a su víctima en su existencia. Tanto adolescentes como personas adultas pueden ser víctimas de este tipo de chantaje, sin embargo existe mayor vulnerabilidad en los menores que se ven incapaces de gestionar esta complicada situación, lo que les sitúa a merced del acosador.
Conceptos: acoso sexual de menores online e Internet Grooming
El grooming es una forma en que se manifiesta el acoso sexual en la Red hacia los menores, pero no la única. Se puede hablar de grooming cuando se produce un acecho sexual donde previamente ha habido una estrategia de acercamiento, de engatusamiento, con el fin de ganarse la confianza del menor por parte del depredador sexual para así obtener ese elemento de fuerza con el que iniciar el chantaje. Sin embargo, en muchos casos el acecho sexual no se produce de esta manera, no hay una fase previa. Ocurre, por ejemplo, cuando el depredador accede a informaciones o imágenes de su víctima usando la fuerza (robo de contraseñas, por ejemplo) o valiéndose de terceras personas o medios alternativos. Aunque en este caso el enjuiciamiento no sería el mismo por la diferente naturaleza de las acciones previas, a efectos de la víctima nos sitúa prácticamente en el mismo lugar.
Hay que destacar el papel que tiene la webcam tanto para la obtención del elemento de fuerza como para la realización de concesiones al depredador por lo que debe ser considerada un componente crítico en estos casos y, por lo tanto, una condición necesaria.
Tres fases y diez claves para luchar contra el acoso sexual en la Red
Prevención: evitar la obtención del elemento de fuerza por parte del depredador.
Si se evita que el depredador obtenga el elemento de fuerza con el que iniciar el chantaje, el acoso es inviable. Para ello es recomendable:
No proporcionar imágenes o informaciones comprometedoras (elemento de fuerza) a nadie ni situar las mismas accesibles a terceros. Se ha de pensar que algo sin importancia en un determinado ámbito o momento puede cobrarla en otro contexto.
Evitar el robo de ese elemento de fuerza para lo cual se debe preservar la seguridad del equipo informático y la confidencialidad de las contraseñas.
Mantener una actitud proactiva respecto a la privacidad lo que implica prestar atención permanente a este aspecto y, en especial, al manejo que las demás personas hacen de las imágenes e informaciones propias.
Afrontamiento: tomar conciencia de la realidad y magnitud de la situación.
Cuando se comienzan a recibir amenazas e intimidaciones es importante:
No ceder al chantaje en ningún caso puesto que ello supone aumentar la posición de fuerza del chantajista dotándole de un mayor número de elementos como pueden ser nuevas imágenes o vídeos eróticos o pornográficos.
Pedir ayuda. Se trata de una situación nueva y delicada que conlleva gran estrés emocional. Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es fundamental. Aportará serenidad y una perspectiva distinta.
Evaluar la certeza de la posesión por parte del depredador de los elementos con los que se formula la amenaza y las posibilidades reales de que ésta se lleve a término así como las consecuencias para las partes. Mantener la cabeza fría es tan difícil como importante.
Limitar la capacidad de acción del acosador. Puede que haya conseguido acceso al equipo o posea las claves personales. En previsión de ello:
Realizar una revisión total para evitar el malware del equipo y cambiar luego las claves de acceso.
Revisar y reducir las listas de contactos así como la configuración de las opciones de privacidad de las redes sociales.
En ocasiones, puede ser acertado cambiar de perfil o incluso de ámbito de relación en la Red (bien sea una red social, un juego online multijugador…).
Intervención
Las situaciones de acecho sexual rara vez terminan por sí mismas, siendo habitual la reincidencia en el acoso incluso en momentos muy distantes en el tiempo. Es preciso no bajar la guardia y llegar hasta el final para lo cual es conveniente:
Analizar en qué ilegalidades ha incurrido el acosador y cuáles pueden ser probadas. Puede ser inviable probar que el depredador dispone de ciertas imágenes o informaciones o que las ha hecho públicas. También puede ocurrir que no se pueda demostrar que esas imágenes fueron obtenidas por la fuerza o mediante engaño o incluso que se han recibido amenazas. Por todo ello conviene saber en qué ilícitos ha incurrido o incurre el depredador porque ello habilita la vía legal.
Buscar y recopilar las pruebas de la actividad delictiva: capturas de pantalla, conversaciones, mensajes… todo aquello que pueda demostrar las acciones del depredador o dar pistas sobre su paradero o modo de actuar será de gran utilidad tanto a efectos de investigación como probatorios. Se debe tener presente no vulnerar la Ley en este recorrido.
Cada caso es diferente y la manera de abordarlo también. En determinadas circunstancias, incluso puede ser recomendable seguir la corriente del acosador para tratar de identificarle. En otras, la denuncia inmediata a la policía es la opción más razonable. No obstante, las anteriores son orientaciones que pueden funcionar bien en la mayoría de los casos y mientras la policía ofrece su asistencia.