La Audiencia Provincial de Cantabria impondrá una pena de cuatro años de prisión y más de 7.000 euros en multas e indemnizaciones, a un hombre que se hizo pasar por una chica de 14 años en la red social online Tuenti y convenció al menos a dos niñas, de 12 y 11 años (quienes por dicha edad no podrían ser usuarias en Tuenti), para que la enviasen fotografías en las que aparecían desnudas.
Al parecer estuvo utilizando una cuenta de Messenger y dos en Tuenti entre septiembre de 2008 y enero de 2009 para contactar con diversas niñas fingiendo ser una chica de 14 llamada Isabel.
El hombre pedía a las niñas que le enviasen fotografías en las que estuviesen desnudas o que conectasen su webcam con la excusa de que así sabría su talla y podía ayudarlas a «entrar en el mundo de la moda».
También se hacía pasar por el supuesto novio de la tal Isabel y las amenazaba si no le entregaban dichas imágenes.
Así logró que dos niñas de 12 y 11 años le remitiesen varias fotografías en las que aparecían desnudas y en el caso de la más joven, en posturas y actitudes de tipo sexual.
El acusado usó además las fotos de las menores para enviarlas a otras chicas y que les sirvieran de cebo pues mostrarían que no había nada malo si ya lo habían hecho otras niñas.
Fuente: El Mundo.
9 octubre 2011 en 5:07 PM
Esto de la pornografía infantil, se podria resumir asi:
Un representante de todos los hombres que existen en el planeta tierra, frente a una representante de todas las mujeres, y el hombre le pregunta a la mujer, o viceversa:
¿Te habría gustado haber tenido la libertad de entenderte con alguien del sexo opuesto antes de que se te considerara fuera de la niñez?
En esta pregunta la palabra “entenderte” implica, ademas de todo lo psicologico, el acercamiento fisico, hasta todos los grados en que no signifiquen molestia, incomodidad, dolor físico ni emocional.
Esta pregunta sirve ademas, entre otras cosas, para avanzar otro poco en la conciencia de que en la intelectualizacion de este tema debemos partir considerando, por lo menos, que existe la posibilidad de no relacionarlo con nada que tenga que ver con violencia, trauma negativo, dolor, pena, etc.